sábado, 12 de octubre de 2013

Billetes de Ida y sin Vuelta

Entre viaje y viaje, experimento y experimento, una tiene tiempo para la reflexión y, hoy, ha tocado. 

En el año 2006 fue la primera vez que hice las maletas para irme durante una "temporada larga" de mi casa. En concreto iban a ser cuatro años. Cuatro años en los que quería aprender a vivir por mi misma. Quería conocer nuevos lugares, poder tener otras referencias de cómo vivir. En definitiva, dar un paso más y madurar como persona. Así llegué el 3 de Septiembre del 2006 a Zaragoza. Después de esos cuatro años en los que aprendí muchas cosas y, cuatro años después de entregar mi carrera profesional a la Ciencia, decidí comprarme un billete de ida y vuelta a París. Sí, un billete de ida y vuelta porque, aunque vivir fuera de casa es una experiencia genial, uno siempre quiere volver. Así que, mi billete esta vez era para dos años.
Me iba en las mejores condiciones, con la mejor beca de postdoc a nivel europeo, a una ciudad grande bien comunicada con España, en un momento en el que la Ciencia española parecía que llegaría lejos. Pero, me olvidé leer la letra pequeña de ese billete que compré. La salida de España estaba confirmada pero no el viaje de regreso.
Y, así es como la historia de un Científico que salió al extranjero para mejorar su formación se convierte en la historia de un Científico que siente que le han cerrado las puertas en su país. Una historia que no es única.
Es más, ahora ni siquiera es exclusiva de los científicos. Ahora es la vida que les ha tocado vivir a la mayoría de los que decidieron orientar su futuro a realizar unos estudios, pensando que, "estudiando llegarían lejos". Y, la verdad es que, literalmente, estamos llegando lejos, tanto que estamos transpasando fronteras. 

Y de esto se ha hecho eco un vídeo que empezó el otro día a circular por Internet:



Después de leer las reacciones que provocó en las redes sociales este video, pude confirmar que a todo el mundo le produce una sensación nostálgica.
Sin duda el video reproduce lo que nos pasa a los que estamos fuera y, sabemos que ya no hay un billete de vuelta. 
El día antes del viaje que te va a llevar de "regreso a casa” uno siente una alegría que pocas cosas la pueden estropear. En mi caso, al igual que aparece en el video, esa llegada a la T4 que, uno termina conociendo de memoria. Paseo por el transporte público de Madrid, siempre siguiendo la misma rutina, como si fuese un viaje que uno hace todos los días. Cuando llegas al autobús que une Madrid con tu ciudad, ya empiezas a sentirte en casa. El paisaje siempre es el mismo, monótono pero lleno de emoción. Según van pasando los kilómetros, voy buscando esas luces en el horizonte que me dicen que allí está mi ciudad y, así hasta que puedo ver el paisaje más bonito. Y, sí, la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, Notre Dame, el Sacré Coeur no tienen nada que hacer al lado de esa imagen de la Catedral con el río Tormes a sus pies.



Y, llegas a casa y, todo está igual que la última vez. Siempre lo mismo: te reciben con tu cena favorita, las mismas preguntas… todo igual. Una monotonía que uno está deseando encontrar porque, es lo que te dice que has vuelto a casa.

Pero, nuestros billetes en este viaje, como dice el video, sí tienen fecha de vuelta. Nunca he sabido hasta ahora qué pasaba al otro lado del escenario. Uno nunca piensa que ese sentimiento de nostalgia es compartido. En el caso de los que nos vamos, así es como pasamos nuestro viaje de vuelta, tristes por no poder estar “allí”, porque te vas y te dejas cosas por cada sitio en donde vives.
Nuestra llegada a nuestro país de “adopción” es otro reencuentro más. Aquí, también nos quieren y, nos cuidan. Nos creamos una pequeña familia, generalmente, formada por gente que está en la misma situación o, que en algún momento ha pasado por lo mismo y, saben lo duro que son esas despedidas y estar lejos de tu país.
Pero esos primeros días de vuelta… ese primer día en el que me despierto y sé que estoy en mi rutina de vida científica pero, me niego a abrir los ojos porque por unos instantes, uno desea estar confundido y, mantiene la ilusión de que va a abrir el ojo y va a encontrarse en un lugar, a miles de kilómetros, con todo como siempre, con la misma rutina. El padre que se levanta el primero y que te despierta en su ir y venir. Esa bola de pelo que duerme al lado de mi cama y que se convierte en mi sombra las 24 h del día. Una madre que se despierta para organizar el día a día, como cualquier día pero sin que sea un día cualquiera. Un hermano que va pasando a nuevas etapas de la vida. Unos amigos que siguen adelante…



Poco a poco uno vuelve a su vida fuera, siempre dependiendo de las nuevas tecnologías que son las que nos permiten estar lejos pero cerca. Y, es en ese día a día, cuando recuerdo una de las cartas que me mandó una gran amiga, Ysabel, durante los meses que estuvo en Italia. En esa carta estaba una parte de la letra de una canción de Los Secretos y, hoy esa canción, marca un poco lo que uno siente cada vez que uno emprende un viaje.



Y, para finalizar este post tan reflexivo: gracias a “Generando Imagen” y “Esther Illa” por este video homenaje a las dos partes, víctimas de estas historias. Realmente me gustaría que alguien consiguiese sentar a esos políticos delante de una pantalla y les hiciesen ver el video. Me gustaría saber cuál es su reacción. Cómo justifican esto y, sobre todo, me gustaría que algún día ellos viviesen estas historias en su propia piel. Quizás entonces se darían cuenta de lo que están haciendo. 

viernes, 30 de agosto de 2013

Un ratito más por la India: BOMBAI

Tras esos percances que ya conté en mi anterior "post" seguimos por un poco más por la India. 
No voy a negar que, después de mi primera semana, pensé en anular el resto del viaje y volverme a Francia. Pero, al final, una es como es y, prefiere acabar lo que ha empezado. 
Primer destino después de Hyderabad: Bombai (también conocida como Mumbai). 
Si tuviese que describir a esta ciudad brevemente, la definiría como la ciudad de la división ricos/pobres. Seguramente, en el mundo habrá más ciudades como esta pero, yo aún no he visto ninguna. Y es que, Bombai está dividida en dos zonas: la zona Norte, en donde las casas son chabolas, la gente vive en condiciones extremas de pobreza y, por supuesto, esta gente no llega a tener contacto con la zona Sur. Zona, esta última, de rascacielos, gente con mayor poder adquisitivo, al fin y al cabo, estaríamos en el Hollywood de la India. Sí, Bombai es la cuna del famoso Bollywood. 
Como turista es difícil tener contacto con la gente de la zona Norte. Todos los hoteles y, obviamente, los sitios turísticos se acumulan en la zona Sur. Pero, tampoco los propios habitantes de la zona Sur consideran adecuado mezclarse con la gente de la zona Norte. Cuando vas desde el aeropuerto hasta la zona Sur, no se atraviesa nunca por la zona Norte y, todo lo que es visible para un turista es lo que queda expuesto en el camino, por una carretera de 3-4 carriles en cada sentido (similar a una autovía española).

A pesar de estar en la zona Sur de la ciudad, conseguí encontrar este rincón que muestra las condiciones de vida de la población sin recursos económicos de la ciudad.
La zona Sur tiene un marcado estilo británico. No hay que olvidar que la India fue colonia británica. De hecho, en esta ciudad encontramos la "Puerta de la India".

La Puerta de la India.
Monumento realizado por el arquitecto George Wittet para celebrar la visita del rey George V y su esposa. Las obras comenzaron en el 1911 y la obra finalizó en el año 1924.

Y, aquí os dejo unas fotos de los distintos rincones de Bombai. Sin duda, esto no parece la India o, al menos, no la India del interior que conocí en Hyderabad.













Y, si uno pasea por Bombai, no hay que olvidar que hay playa. La zona de las playas se conoce por ser la zona donde vive la gente de la industria Bollywood. Si bien, les sigue llamando la atención ver a una europea, una siente que pasa más desapercibida. De hecho, no es extraño pasear por la zona del "paseo marítimo" y encontrarse chicas corriendo con pantalones cortos o mallas ajustadas sin que ello suponga un escándalo.








Pero, que nadie se asuste si tiene pensado viajar a Bombai. Allí, uno también se va a encontrar con imágenes características que te recuerdan que estás en la India.








martes, 21 de mayo de 2013

La India, un místico desencanto. Parte I. HYDERABAD.

Aún recuerdo cuando me dijeron que iría a un congreso en la India. En realidad, nunca fue uno de los países situados en mi lista de países a visitar pero, esta era una oportunidad que no podía dejar escapar, entre otras cosas porque tenía que dar una charla en el famoso congreso.
Como nunca fue un sitio al que planease ir, tampoco fue uno de esos sitios por los que me interesé en saber la opinión de la gente que había ido. La mayoría hablaba maravillas de Nueva Delhi y del Taj Mahal, el resto de lugares parecían no existir.
Bueno, si la gente hablaba bien de estos sitios no debía de estar tan mal. No sólo hablaban maravillas de estos sitios sino que, además, nadie había tenido ningún problema para moverse por allí (más tarde comprobé que todo era debido a que estas personas hicieron su viaje a la India con un guía).

Primer destino: Hyderabad (ciudad situada en la mitad sur de la India y, como se puede comprobar si se mira un mapa, en medio de nada).
El congreso era allí e iba a durar una semana. Durante esta semana de congreso había programadas distintas excursiones para conocer la ciudad así que, no parecía que fuese a ser una mala semana.

El contraste cuando vienes de Europa al llegar a un país como la India es bastante fuerte. Hyderabad, aunque poca gente la conozca es una gran urbe con muchísimo tráfico y, por lo tanto muy ruidosa (una de las características en la India es conducir haciendo sonar el claxon constantemente).
Al llegar a Hyderabad me empecé a dar cuenta que, La India y yo no nos íbamos a llevar muy bien.

1. Wellcome to Hyderabad.
La ciudad nos recibió con manifestaciones violentas. Así que, cerraron la entrada al hotel y, lo único que iba a ser posible ver ese día era lo que sucedía en la calle.

Antidisturbios en la puerta del hotel. Rato más tarde de tomar esta foto, comenzó una pequeña trifulca entre policía y manifestantes. 

El congreso se celebraría en otro hotel distinto a donde yo me alojaba. Esa misma noche, mi jefe me invitó a cenar con él y otros científicos en el mismo hotel en donde se celebraría el congreso. La única forma de salir era mediante taxi así que, intenté pedir uno. En el hotel había un señor que se encargaba exclusivamente de eso así que, me acerqué a él. Muy amablemente me invitó a sentarme. Bueno, quizás no fue tan amablemente. A los pocos segundos me di cuenta de que me había hecho sentar para poder atender a toda la fila de hombres que, inicialmente, estaban detrás de mi pero que, aparentemente tenían prioridad a una mujer a la hora de solicitar un taxi. Cada vez que intentaba parar este continuo reguero de hombres colándose para pedir un taxi, el señor encargado me mandaba callarme y sentarme. Bueno, ya podía imaginarme lo que era ser mujer en este país.
Cuando conseguí pedir mi taxi, llegó mi segundo problema, siempre debido a lo mismo, ¡era mujer!. El taxista se negó a llevarme: "era peligroso llevar a una mujer y, encima europea". 

2. El segundo día, antes del comienzo del congreso, decidí ir andando hasta el hotel donde estaba mi jefe para encontrarme allí con él y otros científicos. 
Hyderabad tiene un lago gigante, llamado Hussain Sagar, con un Buda en la mitad que, cuando lo miras de lejos es realmente impresionante.

Vista del Buda gigante situado en el Hussain Sagar

No obstante, la India es un país de contrastes, como he dicho antes. Y, ciertamente, es un gran contraste encontrarte saliendo de un hotel de 5 estrellas (como en el que se celebro el congreso), con todo tipo de lujos y, nada más salir ver a la gente tirada en la calle, durmiendo en la basura, muriéndose se hambre. 

Imágenes como estas las encontré en el paseo que los organizadores del congreso nos recomendaron seguir si nos moviamos por los alrededores. Otras zonas no eran "recomendables" para los turistas porque "hay mucha gente pobre y no son buenos para los turistas". ¡Impresionante justificación!

Pelea por una rata muerta
Como siempre, gana el más fuerte
Este pequeño rebaño de cabrás estaban pastando justo en una zona de casas de laminas de hierro y madera al lado del hotel donde se celebró el congreso
Esta era la zona de alimentación para las cabras
Esto era lo que se veía cuando te acercabas a la orilla del Hussain Sagar también llamado Love Lake of the World
En realidad, a estas alturas (dos días después de haber llegado) ya sabía que la India no era un país para mi. No obstante esto no dejaba de ser una ciudad en la mitad de la India así que, en el fondo tenía la esperanza de que en mi siguiente semana recorriendo otros rincones del país mi percepción cambiase.

La verdad es que, no guardo muy buen recuerdo de la ciudad de Hyderabad. Ni siquiera la organización del congreso se ganó mis alabanzas. Y, es que, el tema de lo de ser mujer se iba haciendo más duro por momentos. Cuando preguntabas algo, nunca te respondían directamente, siempre respondían al hombre que estuviese a tu lado, si es que lo había, sino... quizás ni te respondían. Durante el congreso y, en la misma sala de conferencias, me robaron mi cámara (justamente con la tarjeta en la que había sacado las fotos de los monumentos de la ciudad, dejando, muy amablemente, todas las fotos anteriores de las ratas y otras lindezas para que, pudiese enseñar los "encantos" de la ciudad). Al principio, mi educación al estilo europeo, no me dejó entender cómo podían robar en un hotel de 5 estrellas de 120 euros/noche y, que no me hubiesen robado en la calle. Luego entiendes que, la gente que trabaja en estos hoteles, ganan si acaso, lo suficiente para vivir y para estar agradecido al dueño de la cadena hotelera el placer de que les exploten. Así que, nunca viene mal algún objeto fácil de robar a algún cliente del hotel para sacar un extra vendiendo lo que han robado y, acceder a estos objetos en la calle no es tan fácil, en un hotel de 5 estrellas el turista se relaja.

Al final, todo queda en anécdota pero, mi estancia en Hyderabad fue realmente dura. Es una experiencia que es difícil de contar, es complicado reproducir con palabras lo que uno siente cuando no puede moverse "libremente" por ser mujer; es difícil contar lo que piensas cuando intentan que contrates un guía para que no salgas a la calle solo y así controlar que no veas algunas realidades sociales "permitidas" en países como la India.

Algunas anécdotas fueron hasta "graciosas". Estaba yo sentada en la recepción del hotel (única zona con acceso a internet) cuando sentí un golpe en mi pie. Al mirar, vi una rata (tamaño chiguagua pero que se notaba que no pasaba hambre) que estaba cruzando la zona de la recepción. Nadie se movió, nadie dijo nada, es algo normal convivir con estos animales en un país como la India. Tampoco es raro compartir tu espacio con las cucarachas (aunque esta vez se había metido en mi bolsa de baño así que, la experiencia no fue tan "curiosa" como la de la rata).
Las ratas forman parte de la fauna más abundante de las ciudades  indias

Como he dicho antes, la India nunca fue un país que me resultase atractivo así que, quizás yo no sea la mejor voz para animar a nadie a que vaya. De todos modos, para ser justos además de toda mi percepción de aquel país y, más concretamente de Hyderabad, aquí os dejo algunas fotos que se salvaron de ser robadas.